Es importante conocer las diferencias entre una diarrea aguda o crónica y los casos de deshidratación leve o severa, además de detectar posibles síntomas de alarma en el caso de diarreas en menores
La diarrea, tal y como la define la Organización Mundial de la Salud, suele ser síntoma de una infección del tracto digestivo, que puede estar ocasionada por diversos organismos bacterianos, víricos y parásitos. Comúnmente, la infección se transmite por alimentos o agua de consumo contaminados, o bien de una persona a otra, en particular en condiciones de higiene personal deficiente.¹
En el pasado, la deshidratación grave y la pérdida de líquidos eran las principales causas de muerte por diarrea. En la actualidad es probable que otras causas, como las infecciones bacterianas septicémicas, sean responsables de una proporción cada vez mayor de muertes relacionadas con la diarrea. Los niños malnutridos o inmunodeprimidos son los que presentan mayor riesgo de enfermedades diarreicas potencialmente mortales.¹
Por norma general, hay que tener en cuenta que la diarrea en niños se suele distinguir entre diarrea leve sin vómitos, leve con vómitos o diarrea grave. Esta última se refiere a aquellos casos en los que los niños que tienen una evacuación intestinal líquida cada 1 o 2 horas, o más seguido, y presentan signos de deshidratación.²
Diarrea aguda y diarrea crónica
Respecto a los síntomas generales en el caso de una diarrea aguda, además del aumento del número de deposiciones líquidas, los pacientes suelen presentar malestar general, náuseas, vómitos, dolor abdominal cólico (como retortijones) junto con sensación de hinchazón abdominal que mejoran con la deposición. A veces también aparece dolor de cabeza e incluso fiebre. En algunos casos puede observarse sangre en las heces. Todos estos síntomas son más intensos al principio, pero si la diarrea cursa con normalidad, en la mayoría de los casos los síntomas desaparecen al cabo de 2-4 días.³
Sin embargo, cabe tener en cuenta que también existen casos de diarrea crónica, y hay que saber diferenciar los síntomas asociados. Así, la diarrea crónica consiste en un cuadro de más de 4 semanas de duración de disminución de la consistencia de las heces, deposiciones que causan urgencia o malestar abdominal, o un aumento en la frecuencia de estas.⁴
Cabe tener en cuenta que la diarrea crónica es un síntoma frecuente, tanto en las consultas de medicina de familia, como en las de digestivo. De hecho, se estima que más del 5 % de la población sufre diarrea crónica y que cerca del 40 % de estos sujetos son mayores de 60 años.⁴
Conocer las diferencias entre una diarrea crónica y una diarrea aguda es fundamental a la hora de recomendar un tratamiento al paciente. Asimismo, es también importante saber si el paciente está o no en estado de deshidratación.
Síntomas de alerta y de deshidratación
Hay que recordar que, durante un episodio de diarrea, se pierde agua y electrolitos (sodio, cloruro, potasio y bicarbonato) en las heces líquidas, los vómitos, el sudor, la orina y la respiración. Cuando estas pérdidas no se restituyen, se produce deshidratación.¹
Pueden darse casos de deshidratación moderada cuando al menos se dan dos síntomas de los siguientes: desasosiego o irritabilidad, ojos hundidos o sensación de sed. En el caso de la deshidratación grave se pueden dar al menos dos síntomas como letargo o pérdida de conocimiento, ojos hundidos, falta de ganas de beber (no bebiendo o bebiendo poco), y un retorno lento a la normalidad, de dos segundos o más, tras pellizcar la piel.¹
En los niños, además de en los casos en los que se muestre un signo de deshidratación, también hay que acudir al especialista en el caso de que se den otros síntomas como fiebre que dura más de 24 a 48 horas, heces con sangre, vómitos que duran más de 12 a 24 horas, vómito que parece verde, teñido de sangre o como café molido, abdomen hinchado, no come ni bebe, sufre dolor abdominal severo, erupción o ictericia (color amarillo de piel y ojos).²
Recomendaciones en caso de deshidratación
Como primera medida se ha de recomendar la rehidratación oral para restablecer el equilibrio hidroelectrolítico. Hay que recordar que el tratamiento con soluciones de rehidratación oral (SRO) ha sido determinante para disminuir la mortalidad por deshidratación. Sin embargo, sigue siendo necesario educar a la población en la importancia de acudir rápidamente al médico e iniciar un tratamiento con soluciones de rehidratación oral en estos casos. Incluso, en algunas circunstancias especiales como aislamiento, horarios de consulta del centro de salud o levedad de los síntomas iniciales, el farmacéutico deberá sugerir el inicio de la rehidratación con SRO hasta que pueda hacerse cargo el médico de la evaluación clínica y el tratamiento.⁵
En segundo lugar, una vez se ha restablecido el equilibrio hidroelectrolítico, se han de adoptar las medidas dietéticas. Teniendo en cuenta que en la mayoría de los casos el origen de la diarrea no es bacteriano, y que los episodios suelen resolverse espontáneamente, el tratamiento antibiótico no está justificado y en cualquier caso debe de ser siempre prescrito por el médico. Aunque en la mayoría de los casos es suficiente con la rehidratación oral, cuando el paciente insista en la necesidad de eliminar cuanto antes su diarrea, podrían recomendarse tratamiento con antidiarreico.⁶
Respecto a la rehidratación oral es muy importante que el farmacéutico indique la forma correcta de administración de las fórmulas de rehidratación oral. Así debe indicar al paciente que utilice agua envasada y sin gas o hervida una vez enfriada. La fórmula ya mezclada se debe guardar en el frigorífico (máximo 24 horas) y se debe ingerir en sorbos pequeños y de forma continua.⁶
En cuanto a las dosis, en niños mayores de 10 años y adultos será de 200 a 400 ml después de cada deposición líquida (aprox. 2.000 ml al día).⁷
Por último, si la diarrea aguda dura más de dos días, hay síntomas como fiebre por encima de 38,9 ºC, vómitos frecuentes, heces de color negro, con sangre o pus, seis o más deposiciones sueltas en 24 horas, dolor intenso abdominal o en el recto, existen síntomas de deshidratación de una diarrea crónica o se trata de un niño con más síntomas asociados, habrá que recomendar acudir al especialista. Lo mismo ocurre en casos de personas mayores y adultos con sistemas inmunitarios debilitados o con otros problemas de salud, que también deberán acudir al médico de inmediato.⁸
Referencias:
1. Enfermedades diarreicas. Organización Mundial de la Salud. 2017. Disponible en: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/diarrhoeal-disease [Último acceso: Septiembre 2023].
2. Diarrea en niños: lo que los padres necesitan saber. Healthy Children. American Academy of Peditatrics. 2021. Disponible en: https://www.healthychildren.org/Spanish/health-issues/conditions/abdominal/Paginas/diarrhea.aspx [Último acceso: Septiembre 2023].
3. Balboa A. Diarrea aguda. Revista Española de Enfermedades Digestivas. 2005; 97(4).
4. Fernández-Bañares F, Accarino A. Diarrea crónica: definición, clasificación y diagnóstico. Gastroenterología y Hepatología. 2016;39(8):535-59.
5. Granda E. Rehidratación oral. Actuación inmediata. Farmacia Profesional. 2003; 17(7): 43-47.
6. Diarrea. Farmacia Profesional. 2001; 15(5): 70-73.
7. Sales de rehidratación oral. Guías de práctica clínica MSF. Médicos sin Fronteras. 2023. Disponible en: https://medicalguidelines.msf.org/es/viewport/EssDr/spanish/sales-de-rehidratacion-oral-sro-ors-22283024.html [Último acceso: Septiembre 2023].
8. Síntomas y causas de la diarrea. National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases. 2016. Disponible en: https://www.niddk.nih.gov/health-information/informacion-de-la-salud/enfermedades-digestivas/diarrea/sintomas-causas [Último acceso: Septiembre 2023].
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