Los profesionales deben facilitar medidas preventivas, incidir en que los antibióticos no son efectivos en estos casos, discernir los casos más graves para su derivación e incentivar la vacunación.
El resfriado y la gripe son enfermedades que tienen un origen vírico que comparten parte de su sintomatología, aunque con su desarrollo derivan en cuadros clínicos diversos.1 Su incidencia se concentra en otoño e invierno, cuando se convive más tiempo en espacios cerrados y eso facilita un contagio que se produce sobre todo por vía aérea.2 Estas enfermedades son las causantes de la mitad de los casos de infecciones respiratorias agudas, lo que las convierte en enfermedades muy habituales.1
Son un motivo recurrente de consulta en Atención Primaria al tratarse de dos de las principales infecciones que afectan al ser humano en el invierno.3 Teniendo en cuenta que lo habitual es sufrir entre dos y cinco resfriados al año, y sobre todo en un contexto epidemiológico de gripe, el profesional debe valorar la posibilidad de que sea este virus el agente etiológico.4
Uno de los papeles más importantes del médico de familia para combatir la gripe y el resfriado es explicar al paciente en la primera consulta que generalmente un resfriado se supera sin tratamiento a los pocos días (entre dos y siete) y que los antibióticos no lo curan, por lo que solo deben utilizarse cuando hay complicaciones. Una situación, en todo caso, que debe valorar el profesional sanitario,4 aunque se ha constatado la importancia de contar con medios adecuados: solo los médicos con disponibilidad de pruebas rápidas reducen significativamente la prescripción antibiótica en pacientes con resfriado común.5
El eje de la actuación profesional está encaminado a aliviar los síntomas hasta la resolución del resfriado y disminuir el riesgo de complicaciones. Para ello, el médico debe recomendar a todos los pacientes medidas no farmacológicas, valorando un tratamiento farmacológico sintomático de forma individualizada en función de la evolución de los síntomas.4
El impacto de la gripe
Por su parte, el número de episodios de gripe es sensiblemente inferior, con una incidencia anual de unos 1.000 millones de casos en todo el mundo.6 En la última campaña antes de la pandemia de coronavirus, la 2019/20, en España se alcanzaron los 619.000 casos confirmados en Atención Primaria, con 27.700 hospitalizados y 3.900 muertes atribuibles a esta enfermedad.7
Esto implica que tiene un gran impacto sanitario y económico, lo que la convierte en un importante problema de salud pública y asistencial.8 De promedio, cada caso de gripe ocasiona 5-6 días de actividad limitada, 3-4 días de restricción de actividad en cama y alrededor de 3 días de absentismo escolar o laboral.9
Como ocurre con el resfriado, no existen medicamentos para curar la gripe. El objetivo del tratamiento es aliviar los síntomas, incidiendo el profesional ante los pacientes en que los antibióticos no son útiles y que solo deben utilizarse por indicación del médico cuando se sospeche una sobreinfección bacteriana. Se estima que aproximadamente el 25 % de los procesos febriles agudos que ocurren durante la temporada de gripe podrían deberse al virus de la misma.9 Las complicaciones más habituales son la bronquitis y la neumonía que, en determinados grupos de riesgo, pueden tener un pronóstico grave.3
Identificar los casos más graves
El diagnóstico de la gripe es clínico al detectarse un caso con signos y síntomas compatibles dentro de un contexto adecuado (temporada gripal, casos de gripe cercanos al paciente...). Sin embargo puede ser difícil de diferenciar de otras infecciones causadas por patógenos respiratorios, además de que el diagnóstico clínico no asegura su etiología, siendo el diagnóstico virológico el único de certeza. Desde un punto de vista médico lo más importante es identificar los casos que por su gravedad requieran ingreso hospitalario, así como identificar las complicaciones que puedan necesitar tratamiento específico.9
Es importante incidir en campañas de prevención y autocuidado de la población en caso de resfriados/gripe por su alta prevalencia/morbilidad y porque el consumo de antibióticos en patologías víricas sigue siendo muy alto.10 Por ello, desde el ámbito profesional hay que incidir con los pacientes en prácticas preventivas. La higiene de manos es la medida más eficaz para frenar la propagación de virus respiratorios, así como utilizar pañuelos de un solo uso y ventilar diariamente la habitación del enfermo para evitar contagios.4
Asimismo, desde Atención Primaria se debe hacer hincapié en que la vacunación antigripal es la mejor arma para combatir la enfermedad y que está especialmente recomendada en mayores de 65 años, embarazadas y personas que presentan un alto riesgo de complicaciones derivadas de la gripe.3 La cobertura de vacunación antigripal en la población adulta de 65 años o más experimentó un acusado descenso desde 2006 hasta 2020, hasta situarse en torno al 54,5 % durante la temporada de 2019-2020. Sin embargo, en las tres campañas de vacunación siguientes se revirtió dicha tendencia, alcanzando el punto más alto en 2021-2022 con el 69,4 % de la población perteneciente a dicho grupo edad vacunada contra la gripe.11-12
Este incremento, sin embargo, no ha sido suficiente para alcanzar una cobertura del 75 % en los mayores de 65 años, en consonancia con los objetivos establecidos por la Organización Mundial de la Salud y la Comisión Europea.13 Para la campaña 2022-2023, y debido a que la coinfección por gripe y SARSCoV-2 multiplica por dos el riesgo de muerte, se realiza un énfasis especial en aumentar las coberturas de vacunación frente a la gripe. La recomendación va dirigida especialmente a los mayores de 65 años, las personas de cualquier edad con condiciones de riesgo y el personal sanitario y sociosanitario,13 una tarea de concienciación en la que es fundamental el papel que desempeña la Atención Primaria.
REFERENCIAS
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- Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). 10 mitos sobre el resfriado. 2018. Disponible en: https://www.ocu.org/salud/enfermedades/noticias/10-mitos-resfriado [Último acceso: Octubre 2022].
- Casas Torcida, B., et al. Curso básico sobre trastornos del área respiratoria alta. Tema 2. Gripe y resfriado. Farmacia Profesional. 2017; 31(5):33-37.
- Resfriado común. Infección aguda del tracto respiratorio superior. Guía Terapéutica SACYL. Problemas de Salud prevalentes en Medicina Familiar. Sanidad de Castilla y León. Disponible en https://www.saludcastillayleon.es/portalmedicamento/fr/estrategias-programas/antimicrobianos/revision-guias-sacyl-pran-proa.fichiers/1447743-Resfriado%20com%C3%BAn.%20Infecci%C3%B3n%20aguda%20TRS.pdf [Último acceso: Octubre 2022].
- Llor, C., et al. Los médicos que disponen de pruebas rápidas disminuyen significativamente la prescripción de antibióticos en el resfriado común. Rev. Esp. Quimioter. 2013; 26(1):12-20.
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- García, A., et al. Cost-effectiveness analysis of quadrivalent influenza vaccine in Spain. Hum Vaccin Immunother. 2016;12(9):2269-77.
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ES-FDL-2200046